Verizon se está preparando para lanzar su próxima tecnología de red, llamada Long Term Evolution (LTE), a finales de este año. Aunque Verizon, claro está, seguirá vendiendo teléfonos para esta cuarta generación de redes (4G), también la está construyendo para muchos otros tipos de dispositivos.
La LTE funcionará bajo el espectro anteriormente utilizado para enviar señales de televisión, cuya licencia el gobierno de los EE.UU vendió a Verizon en 2008. La compañía espera poder dar cobertura a unos 100 millones de usuarios a finales de año. No obstante la saturación del mercado de la telefonía móvil hace que Verizon también tenga la esperanza de que la tecnología inalámbrica se utilice en muchos otros tipos de dispositivos. "Queremos alcanzar una penetración del 500 al 600 por ciento", afirma el vicepresidente ejecutivo y director tecnológico, Richard Lynch. Esto significaría un promedio de cinco o seis dispositivos inalámbricos por persona.
La LTE promete una mayor velocidad y una menor latencia que las redes existentes. Lynch señala que los usuarios podrían conseguir un rendimiento uniforme y fiable de entre cinco a 12 megabits por segundo—significativamente más rápido que muchas conexiones por cable en la actualidad. Lynch espera que los datos viajen de ida y vuelta en 25 a 30 milisegundos, una quinta parte de la latencia de la red actual.
Lynch también prevé que los usuarios podrían utilizar la red inalámbrica 4G de Verizon para sus automóviles, ordenadores, televisores y otros electrodomésticos, así como con los teléfonos móviles normales. Entre otros dispositivos, la compañía ha puesto a prueba enchufes de pared y enchufes múltiples que incluyen capacidades inalámbricas 4G. Esto podría permitir nuevas formas de monitorización en el hogar y gestión de energía.
Un problema potencial viene dado por el hecho de que no todos estos aparatos estarán bajo el control de Verizon. Cuando la empresa compró el espectro de 700 megahercios, tuvo que acceder a abrir su red a dispositivos fabricados por otras compañías. Estos dispositivos aún debe ser puestos a prueba y certificados para asegurarse de que funcionan con seguridad en la red, aunque los desarrolladores de otras compañías tendrán más libertad.
La semana pasada, la empresa comenzó la construcción de un nuevo laboratorio en Waltham, Massachusetts, donde planea permitir a los desarrolladores de otras compañías que creen y pongan a prueba los dispositivos para la red LTE en condiciones reales simuladas.
Otra diferencia clave de la red LTE es que funciona con el protocolo de Internet (IP). Lynch afirma que la voz se tramite como una aplicación a lo largo de la nueva red. (Verizon utilizará VoIP para ofrecer llamadas de voz.) Un sistema IP completo también permitirá el uso de protocolos seguros. Además, deshacerse de aquellos componentes que no sean IP también debería facilitar la compatibilidad de los dispositivos.
Jeff Kagan, analista independiente del sector inalámbrico y de telecomunicaciones, espera que los usuarios adopten los nuevos dispositivos inalámbricos 4G. Desde que Apple creó un mercado de datos para dispositivos móviles con el iPhone, afirma, los usuarios se han acostumbrado a las conexiones de datos móviles. El creciente éxito del 3G para lectores electrónicos es sólo un ejemplo, afirma. Cuando los usuarios puedan obtener datos con mayor rapidez y fiabilidad, según cree Kagan, querrán unos tipos de dispositivos que se conecten a Internet con una banda incluso más ancha.
Arogyaswami Paulraj, profesor de Stanford que ha trabajado en la LTE y en una tecnología 4G perteneciente a la competencia llamada WiMax, afirma que tiene sentido centrarse en aplicaciones de datos, ya que los ingresos procedentes de los datos inalámbricos superan a los de la voz en muchas partes del mundo. Sin embargo, Paulraj piensa que Verizon no debe tomarse muy a la ligera el tema de sus necesidades de ancho de banda. Un gran éxito como el iPhone podría dejar a Verizon en una posición débil, afirma, y añade que "la LTE es una buena tecnología, aunque su problema es la falta de espectro."
Lynch reconoce que una gran cantidad de nuevos dispositivos inalámbricos podrían acabar comiéndose cualquier ancho de banda que se gane con la tecnología 4G. "Nunca habrá suficiente ancho de banda para mi visión de lo que puede hacerse a nivel de tecnología inalámbrica", afirma. Sin embargo, cree que gran parte del tráfico inalámbrico nuevo procederá de dispositivos simples basados en IP y que envíen una cantidad relativamente pequeña de datos a través de la red—tendrán que estar conectados, aunque no consumirán mucho ancho de banda.
Fuente: technology Review
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